Los ODMs han formado parte de la estrategia de desarrollo adoptada en Chile por los Gobiernos de la Concertación a partir de 1990, la cual es mejorar la calidad de vida de la población, en particular, superar la pobreza y la desigualdad y las diversas formas de discriminación y exclusión.

Aunque queda mucho por hacer, Chile es el único país de América Latina que ya logró la meta de reducir a la mitad la extrema pobreza contando desde el año 1990. Además, tomando ese año como línea base, al año 2003 Chile había cumplido con la mayoría de los ODMs. Por esta razón, en su primer informe el Gobierno de Chile estableció metas adicionales, formuladas de acuerdo con el desarrollo económico y social así como con los objetivos estratégicos de desarrollo del país.

Hay varias razones para el avance experimentado por Chile en muchas de las metas e indicadores de los ODMs. En primer lugar, la economía ha más que duplicado su tamaño, con el consecuente efecto en el empleo y las remuneraciones.

En segundo lugar, a partir de 1990 la acción pública social ha sido sustancialmente fortalecida. El gasto social ha aumentado significativamente, alcanzando sobre un 150% entre el año 1990 y 2005, posibilitando el desarrollo de ambiciosos programas sociales.

En tercer lugar, no sólo han aumentado los recursos asignados a lo social sino también éstos se han reorientado desde lo asistencial a políticas y programas de inversión social destinados al desarrollo del capital humano, al aumento de la calidad, equidad y cobertura de servicios básicos como salud y vivienda, y al mejoramiento de la infraestructura social. Además, se ha mejorado la focalización y vinculación de las políticas asistenciales a los programas de inversión social.

Finalmente, se ha fortalecido y mejorado la institucionalidad y gestión de la política social.

Segundo informe del Gobierno de Chile

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